Ana Segovia y Xavier Ruzafa son el alma del Orolíquido. Ambos trabajan con el objetivo de acercar al pequeño productor a los consumidores, compartir el arte de producir AOVE y compartir sus conocimientos al respecto con el comprador. Los emprendedores buscan aportar valor a su sector y convertir la adquisición de AOVE en una experiencia para sus clientes.